Tomado del El Toque
Por Cristina Escobar.
Estudié Periodismo en Cuba. Por elección. Es la mejor profesión del mundo. También aquí. Dos meses después de graduarme estuve frente a un micrófono en la Televisión Nacional, y yo soy solo una de tantos. He sido testigo de eventos históricos y he tenido la responsabilidad y la oportunidad de contarlo para una amplísima audiencia.
Sin embargo, confieso que me gustaría trabajar en “Vivir del Cuento”. Si tuviera talento para escribir ficción, o para hacer reír, me encantaría participar en la creación de los guiones de ese programa, el de más audiencia de la televisión cubana.
Hace continuamente lo que yo quisiera ver en nuestra prensa. Muestra las contradicciones de nuestra economía, critica al carretillero que vende comida a un excesivo precio, y relata como nadie la pesadilla que es la doble moneda. Y llega más lejos todavía: tiene entre sus invitados al presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, que no se quiso reunir con la prensa nacional, pero sí asistir al programa humorístico.
“Vivir del cuento” no gusta solamente por hacer reír. Los cubanos se ven identificados con Pánfilo, el protagonista; Chequera, el amigo dicharachero; Cachita, la cuentapropista; o Chacón, el adinerado especulador. Se parece a nuestra historia de todos los días. Contradictoria, desafiante, austera, cambiante.