Se fue la voz del bolero en Mayarí

Estuve lejos cuando su partida definitiva. Siempre lo consideré maestro y amigo, hombre sencillo que enamoró con su canto fiel y atrajo musas nuevas a su tierra de Mayarí.

Así podemos definir a Rolando Neyra Lamarque, el hijo de Manacal que saltó a la luz del canto un día y se convirtió con la gracia divina de los tiempos en inspirador y aedo.

Este Neyra cantor incansable, es el  único hasta hoy que desde Mayarí puso su voz inconfundible en un filme cubano. Recuerdo con agrado sus historias sobre aquella Vidas Paralelas, pieza memorable para el devenido principal exponente del bolero en estas tierras.

No lo vi cuando partió. Lamento el hecho triste. Supe que la banda de música despejo la oscuridad del silencio y por instantes enmudeció el sollozo de familiares y amigos.

Rolando Neyra estuvo siempre más allá de aquel tema popular que acompaño a los Tainos como símbolo y asidero. Fue voz líder del conjunto convertido en orquesta. Llegó a dirigir aquel grupo de apasionados a la música.

En una ocasión me habló de su vida. Ese día llovió fuerte sobre Mayarí y crecieron los arroyos. En el balcón de su apartamento contempló apacible el paso del tiempo.

Trovador… un bohemio en ocasiones. Amante fiel de aquel aguardiente fuerte que intentó en vano desgarrar su garganta.

Nos quedan sus huellas, en las esquinas de su amada ciudad y entre los grandes amigos. Rolando Neyra Lamarque dijo adiós un día en que No estuve y el hecho me conmueve. Es por eso quizás que hoy vuelvo  a su mirada, a sus cantos eternos y su sonrisa entrecortada.


Del nuevo año ¿esperamos o creamos?

Entre los mayariceros es común al iniciar el año, establecer diálogos acerca de los planes y proyectos para los siguientes doce meses.

Los más optimistas sabemos que habrá nuevas oportunidades y del trabajo consagrado saldrá algo mejor. En la marcha comprobamos que debemos tener los pies sobre la tierra y sacar mejor las cuentas, principalmente aquella que tiene que ver con la economía doméstica… ciertamente muy sufrida desde inicios de los 90 del siglo pasado.

Mayarí puede ser uno de los municipios privilegiados en el país, sobretodo porque asumimos aquí un programa de desarrollo integral que tiene en la agricultura su base primera, como eslabón fundamental para asegurar la alimentación.

Ello está estimulado con la red de trasvases construidos y que parten desde la Presa Mayarí, considerado embalse primario para entregar agua a las áreas necesitadas del líquido, que no son pocas en el oriente cubano y hasta en las provincias centrales.

Para los mayariceros el año 2013 aparece como desafío. Las prioridades siguen siendo las de finales del año pasado: recuperar las viviendas dañadas por Sandy, sembrar muchas viandas, mejorar los servicios de salud y elevar las ofertas culturales.

Considero que el reto también entraña la reparación de viales, el fomento de una arquitectura que salve los elementos tradicionales de los poblados locales y enriquecer la transportación de pasajeros elevando el número de ómnibus,  más adecuados.

Son muchos los sueños y aspiraciones de un mayaricero. El nuevo año recarga las energías para buscar aquello que no alcanzamos en 2012.  El presente periodo traerá alegrías, de eso no hay dudas, aunque debemos saber que lo realmente  sublime sigue siendo el valor humano que damos a cada gesto, a cada acontecimiento noble que protagonizamos los hombres y mujeres de este mundo.






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