GUSTOS MUSICALES Y PALOS QUE SUENAN


La formación musical de los cubanos tiene raíces muy profundas, asentadas en una mezcla diversa de ritmos, con aporte tanto de españoles como de africanos, sin desdeñar las más recientes llegadas desde el propio continente americano.

Desde hace ya varios años escuchamos los llamados para fomentar un mejor perfil en el gusto musical de las nuevas generaciones, algo que pasa por tópicos diversos, desde la influencia del grupo, la familia y el barrio.

Es cierto que la mayoría de las  letras musicales contemporáneas no pasan ya por el lirismo melódico de hace varios años, salvando algunas excepciones. Las nuevas tecnologías también traen consigo mejoras y  más facilidad para la promoción de lo bueno y lo malo.

LOS RETOS DEL HACER.

Difícil tarea tienen aquellos que deciden imponer ciertos gustos sin que ellos mismo sienta verdadero placer en lo que hacen. Ejemplo concreto, No todos los instructores de arte cultivan en Mayarí el gusto sobre la música son. Algunos casos nos llaman la atención porque si quiera guían con maestría a los aficionados hacia el repertorio de la música cubana.

He quedado sorprendido cuando en un recital de poetas  invitados al evento literario José Juan Arrom, me encuentro interpretaciones no acordes porque No solo cantan lo foráneo sino porque en la mayoría de los casos son piezas mal escogidas y realmente no se acoplan al espacio. 

Considero que los organizadores de eventos culturales, deben estar en sintonía con el apto artístico propuesto,  para concebir al talento ideal. No solo llevar al que nos va a resolver la actividad, como ocurre en más de una ocasión.

Cultivar los gustos musicales, lleva una estrategia de fondo, donde participamos todos. Medios de difusión, sectorial de cultura, familia, escuela…

El público mayaricero es diverso, existen  los que disfrutan del son de los Tainos en la plaza, pero también están los que siguen a Lidis Lamorú en un cine abarrotado o aquellos que se aventuran a la llamada musical culta y van tras la sinfónica de Holguín hasta el teatro del pueblo.

También hay hechos que sorprenden.  Le cito.
Desarrollamos un encuentro de agrupaciones soneras y pregunto…sé garantiza la continuidad de las nuevas generaciones de músicos soneros. Donde está aquel proyecto de Pequeños Tainos, qué está ocurriendo con los soneritos que apreciamos hace muy poco en la compañía de variedades infantiles. Sigue en pie la idea del museo del son como espacio para influir en el conocimiento de este género musical.

En este abrazo de gustos musicales y su formación, entra además el aporte que deben realizar los operadores de equipos de sonidos del sectorial de cultura, dejados llevar en ocasiones por las tendencias del mercado. Es vital también estimular los eventos como el Felipe Cuza o el creador musical.

CUANDO DE MÚSICA SE TRATA.

El trabajo no debe ser en solitario, la UNEAC y el sectorial de cultura, deben estirar la mirada y unir esfuerzos en un sentido común.

Para un pueblo de tantas tradiciones musicales, no debe pasar inadvertida la influencia de pianistas como Frank Fernández y el poco reconocido aquí, pero entre los grandes del país Huberal Herrera.

Como tampoco debemos dejar de lado la gracia estremecedora de la coral mayaricera, cuando nos permite viajar hasta las entonaciones de Sublime añoranza o la banda de concierto, joven y deseosa de mucho más seguidores  para seguir encantando con sus instrumentos de viento.

Aquellos viejos intentos de la casa de la trova y el café cantante, siguen estando en la mira de los creadores locales, buscando no sean subvertidos en otros espacios para el ron y la cerveza, y sí para fomentar los mejores valores de apreciación y disfrute de la música cubana.


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