El otro mercado...

En la era de la modernidad el mercado centra la vida del planeta y cuando pensamos que una burbuja lo colapsa salta de nuevo el accionista fiel y vuelve la rueda a iniciar otra de sus vueltas aplastantes.

Para los cubanos el tema de los corredores de bolsa y el mercado del escamoteo en pleno corredor, de un sitio con muchas pantallas y números, está más que alejado aunque no escapamos a otros mercados No menos inquietantes y atropelladores.

Por lo general cuando mencionamos Mercado en Cuba nos llega a la mente el sitio donde los alimentos tienen precios elevados y donde los intermediarios llevan bolsillos llenos, reunidos entre las cajas de carga y con chores por debajo de las rodillas.

También está el famoso mercado negro, que algunos tildan de racista por figurar un color como apellido. Pero sabemos que adquiere el nombre por los resortes sombríos y oscuros utilizados para vender cualquier tipo de mercancía robada.

Estos son los mercados más conocidos entre los pobladores de esta isla hermosa, llena de música y músicos… y donde estos últimos también tienen su peculiar mercado.

Algunos aseguran que se ha generado un mercado subterráneo que aunque hasta hoy no lleva pruebas concretas exhibidas públicamente, genera comentarios entre las personas que lo conocen y es un fenómeno No ajeno a la sociedad.

Me refiero a los pagos que realizan algunas agrupaciones para gestionar sus presentaciones. Un entendido en el asunto me  asegura que llegan a cifras muy altas y en la mayoría de los casos aparecen como dadivas ofrecidas  a quienes posibilitan estas actuaciones.

Es decir que ya el mercado musical subterráneo, no está solo en la reproducción y venta de discos piratas, sino también entre los que pagan para lograr actuar.

Como en todos los asuntos oscuros, no todos participan de este mercado,  pero algunos amigos músicos me afirman que tiene gran vitalidad.

Por lo general el representante gestiona con los encargados de organizar algún evento o aquellos con responsabilidades en el pago por actividades, la presentación de su grupo. Este le asegura que por cada presentación le pude facilitar algún dinero o si le programa muchas actividades lo devengado en  Una de ellas será entregado íntegramente a su bolsillo.

El hecho está facilitado por las difíciles condiciones que muchas veces enfrentan las agrupaciones menos populares o de escasa calidad para poder llegar al público y poder subsistir. Este incentivo actúa como detonador y puede llegar a convertirse en un fenómeno para todos los involucrados en el mundo musical de la nación. Sí es que aún no es un fenómeno.

Un amigo me comenta en tono bajo que el pago de las agrupaciones a programadores y directivos, no es el único caso. Ahí está además la gestión para lograr salidas fuera del país o giras nacionales…ciertamente, todo un mercado que funciona de fondo y lastra los empeños de un sistema cultural que nació para defender los valores de la sociedad No para socavarlos.




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