Chávez, el incansable promotor por la unidad.

El amor infinito por lo humano, la grandeza plena de saberse seguidor de las ideas libertarias de Bolívar y proclamarse en una ocasión como hijo de Fidel, como todos los Revolucionarios del continente, enriquecieron la vida de un hombre que hace justamente un año dejó de existir solo físicamente.

A la distancia de doce meses, el legado de Hugo Rafael Chávez, el Arañero de Sabaneta como figura en uno de los libros que intenta resumir parte de su historia, salta como luz en los ojos de millones.

Entre sus obras revolucionarias más completas, está latente la operación milagro, proyecto asumido entre Cuba y Venezuela para devolver miradas a quienes estaban condenados a la oscuridad y el abandono.

Chávez fue el genuino luchador por la unidad de los pueblos de américa. En él fueron concretados proyectos claves que fortalecen hoy sus mecanismos, como la comunidad de estados latinoamericanos y caribeños, PETROCARIBE y la UNASUR, aunque sobresale aquel despertar que trajo en uno de sus discursos y que puso como Nombre ALBA, respuesta de amor y paz ante las intenciones despóticas, crueles y egoístas del neoliberalismo americano.

Su Valentía y capacidad decisoria, se combinaba con la paciencia y oportunidad del momento adecuado. Toda actuación estuvo enmarcada en la implementación y desarrollo de políticas en favor de las grandes mayorías para alcanzar como él siempre decía parafraseando al Libertador: “La mayor suma de felicidad posible”

Hoy el pueblo de Venezuela vuelve a la carga en homenaje al mejor amigo de Cuba, a un año de la siembra del comandante. En esta fecha reafirmamos lo aseguro por Raúl Castro en el inicio de la segunda cumbre de la CELAC, cuando refirió que Hugo Chávez, fue un ferviente e incansable luchador por la unidad entre los pueblos latinoamericanos y caribeños.