Centrismo político en contexto


Desde hace varias semanas crece en las redes sociales y en varios sitios digitales, la polémica sobre el centrismo político a propósito de algunas intenciones de distintos grupos anexionistas que en Cuba buscan todas las vías para servir a los intereses del amo y sobre todo, continuar cobrando el salario en dólares americanos.

Algunos pretenden poner en duda aquel viejo artilugio dramático de Ser o No ser, atemperado más cercanamente cuando un líder revolucionario del siglo XXI preguntó a su hermano de lucha: ¿eres o no eres?

La vida demuestra que no puede existir la imparcialidad plena en temas de soberanía nacional y de hecho se cae en retorica anexionista cuando hablamos de quedar bien con todos, quedando mal con el soberano que es el pueblo.

Los cubanos tenemos un viejo refrán que asevera que no se puede quedar Bien con Dios y con el Diablo. Definitivamente como en el centrismo político, muy en duda en el escenario mundial contemporáneo, en las relaciones humanas más íntimas hay que estar claro de lo que se quiere y con quien se está.

Aquellos que en la historia pretendieron realizar concesiones al enemigo, buscando una paz sin independencia o defendiendo teóricas con aires de comprensión hacia los dos lados de una lucha, quedaron condenados en el paso de la vida.

Definitivamente no puede existir el centrismo político porque sería como No tener criterios y tratar con ambigüedad sospechosa la determinación hacia algún bando, privilegiando a uno de ellos.

Una posición centrista, dejaría acéfalo a cualquier gobierno soberano, evitaría la toma de decisiones porque ello estaría siempre condicionado y sobre todas las cosas privaría de identidad e independencia a la nación.

Pero quienes son los que buscan esta fórmula?

Sin muchas cuentas que sacar, esta es la nueva apuesta de los llamados disidentes cubanos, bajo órdenes muy claras de La Casa Blanca y estimulados ahora por la nueva (vieja) política de Trump.

La desunión que existe en estos grupos, denominados partidos opositores en Cuba, hizo crear en el 2015 una entidad que pretende unificar a las fuerzas que supuestamente actúan en la nación.

El arrebato para ver quien saca más dinero al negocio, tiene bajo desequilibrio a los anexionistas, los mismos que buscan que el país adopte un nuevo discurso y afilie sus intereses a las demandas de Estados Unidos.

Por ahí está el llamado Centrismo político. Dejar a un lado la historia de lucha del pueblo cubano, olvidar a los mártires y héroes de la patria, nuestros hermanos de siempre, borrar de la memoria los criminales atentados donde murieron familiares y amigos.

A eso apuestan los que revolotean en la INTERNET para ganar seguidores, intentando poner en duda la fuerza de la izquierda que hace realidad los sueños de Bolívar, Martí, Fidel y Chávez.





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