Bitirí, una historia de amor.

Este 22 de octubre se cumplen 47 años de la fundación del principal centro hotelero del municipio de Mayarí: El motel Bitirí.

Durante todo este tiempo, son miles las historias tejidas alrededor de esta institución, colmada de todos los elogios en las décadas del setenta y ochenta del siglo XX.

Aunque sabemos que este centro resurge como nuevo, hoy No les hablaré al respecto, solo deseo acercarme a los orígenes de su nombre, para continuar por el amino del conocimiento profundo acerca de nuestro patrimonio cultural.

Bitirí no es un apelativo solo asociado al Puente natural ubicado en las inmediaciones del municipio de Cueto y que ostenta la condición de monumento nacional.

Hurgando en la historia, viajamos a la época de los aborígenes cubanos, cuando Birán era un cacique muy conocido en la provincia india de Barajagua…ahí comienza nuestra historia.
De Birán existen varias leyendas, unas que datan de las épocas más remotas Y otras de más acá en el tiempo. Una de las más viejas, muy hermosa y simbólica, cuenta que en el nordeste oriental existían dos grandes y fuertes cacicazgos, uno se llamaba Baní y el otro Birán.

Pero, el cacique Baní tenía un hijo llamado Guaicaba que era muy desdichado, pues su bella esposa Guaimara, después de muchos años, no le había dado un hijo.
Un día, Guaimara, muy triste, decidió internarse en una cueva y dejarse morir de hambre allí, para que él pudiera tomar otra esposa. Guaicaba, quien la amaba, le pedía que desistiera y regresara al bohío, pero ella persistió en su idea y al fin murió.

El cacique Guaicaba visitaba frecuentemente la cueva que le servía de tumba a Guaimara, para depositar ofrendas en su honor. Una noche de luna llena, mientras él le hacía los honores en la tumba, escuchó una voz que creyó era la de Guaimara, pero no, cuando prestó más atención identificó la voz de Atabeira, la madre eterna de la creación, quien le decía: “Ve y apodérate de la hija menor del cacique Birán; ella se llama Bitirí, hazla tu esposa. Ella te dará muchos hijos fuertes.”

Entonces él emprendió el viaje, solo y por el medio de bosques intrincados. Después de muchas lunas y soles, llegó a un lugar, donde un río pasaba por debajo de un hermoso puente natural de piedra. Era tan apacible el ambiente que le rodeaba: el canto de los pájaros, la brisa entre los árboles, el susurro del agua al correr, que muy pronto se quedó dormido.

Cuando Guaicaba despierta, el sol estaba en lo más alto y ve en medio del río una hermosa india bañándose. Ella le dijo que se llamaba Bitirí, la hija del cacique Birán. Él le manifiesta que tiene la intensión de llevársela y hacerla su esposa. Bitirí, no huyó, sino le propuso que peleara con los hombres de su cacicazgo que eran muy fuertes, y si vencía ella se iría con él.

Entonces Bitirí escuchó la voz de un cemí que le decía: “No hagas luchar a este joven con tus hombres; él te vino a buscar para hacerte feliz. Vete con él”.

Así ella decidió que se irían, pero le dijo: “Voy a dejar mis cosas aquí para que sepan que me he ido con alguien; te subirás a mis espaldas y yo te llevaré hasta tu morada para que sepan que soy muy fuerte”.
Los hombres y mujeres del cacicazgo de Birán tenían fama de ser los más fuertes y corajudos de toda la comarca. Guaicaba no acepta y entonces la rapta y se la lleva. A los pocos días celebraron la boda en el cacicazgo de Baní.

Tiempo después, un día en que Guaicaba estaba en la cueva-tumba haciéndole ofrendas a sus muertos, escuchó de nuevo la voz de Atabeira que le dijo: “Bitirí lleva en sus entrañas un hijo fuerte y valeroso, deben ponerle Cajímar, en recuerdo al cacique de Maisí. Cajímar será el que unirá a los cacicazgos para hacerse más fuerte y enfrentarse con los que vienen por mar y por tierra”.

Y así, cuanta la leyenda, la hermosa india  Bitirí parió un hijo varón y le pusieron por nombre Cajímar, y cuando éste fue un hombre se convirtió en un gran guerrero, que luchó contra todos los que quisieron someterlo a él y su gente; venció a muchos y logró unir los cacicazgos del norte oriental de la Isla.

Esta es la hermosa historia de amor y lucha relacionada con el nombre Bitirí, el mismo que lleva el centro hotelero más popular de Mayarí y que esperamos muy pronto devuelva espacios nuevos para el amor y el gozo de los mayariceros.


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