La noche, Matthew y el desafío de mañana.

Luego del pasó atronador del huracán  Sandy, el 25 de octubre de 2012, los mayariceros quedaron puesto y combida’o, como dice el dicho.

Las más de 10 mil familias afectadas causó un trauma creciente en la población. Fue el mayor fenómeno atmosférico de las nuevas generaciones, luego del paso del ciclón Flora, precisamente el 4 de octubre de 1963.

A pocas horas de la llegada del huracán Matthew al oriente del país y con las grandes posibilidades de impactar directamente con su centro en algún punto de Mayarí, los habitantes de este territorio asumen la responsabilidad de cuidar sus vidas y los bienes.

Hoy ha sido un día de mucho trajín. En las calles, barrios, solares…todos martillo en mano, oración de por medio y alguna que otra broma criolla.

Nadie quiere transitar por la experiencia de Sandy o Ike, aunque este se presume mayor, los vecinos responden al llamado de las autoridades: No descuidarse.

El cielo comienza a encapotarse a esta hora, iniciando la noche. Los televisores están a todo volumen y la radio reitera sus partes. La tensión crece y los hogares son como búnkeres donde todos conspiran para ganarle a Matthew.

Mientras pasan las horas crecen las expectativas. Varios hablan del desgaste producido con el paso de los días. Desde el viernes reunieron provisiones y ya algunos niños terminaron con las galletas compradas. Pero hay que resistir la envestida.

Matthew es una realidad que pesa en el horizonte. La noche avanza, los corazones laten, Rubiera espera, las baterías cargadas, agua congelada en el refrigerado, miradas inciertas…¿Cuándo se va la luz?....

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