CÓMO LA RADIODIFUSIÓN LLEGA A LOS BARRIOS MAYARICEROS (HISTORIA)

(Por Mariely Matas Ramírez, licenciada em estúdios socio-culturales)

Las transmisiones radiales en Cuba comienzan a gestarse en 1922, momento en que se producía la expansión financiera de los consorcios electrónicos a los Estados Unidos.

En Cuba el nacimiento de la Radiodifusión queda oficialmente registrado el 10 de octubre de 1922, día en que se inaugura la emisora PWX.  Al triunfar la Revolución Cubana en enero de 1959, la lucha política e ideológica de la clase obrera y sus aliados contra las clases explotadoras, tuvo entonces una expresión muy aguda y definitiva en el enfrentamiento de los entonce escasos órganos de difusión masiva al servicio de la Revolución con los que actuaban en interés de la burguesía nacional y el imperialismo.

El desarrollo del proceso revolucionario determinó que los medios de difusión masiva pasaran a ser propiedad social para asumir una función social cualitativamente nueva, identificada y comprometida con el empeño de hacer avanzar, defender y consolidar la Revolución. La localidad mayaricera tuvo sus primeros intentos de captar y emitir señales de radio en los años 1926 al 1938, que fueron seguidos de un silencio hasta los años finales de la década de 1950 y principios de 1960 en condiciones histórico - sociales totalmente diferentes. Es entonces cuando surge en Mayarí la necesidad de transmitir para el pueblo desde la localidad.

Un nacimiento radial.


Desde los primeros mese del triunfo de la Revolución (1959) se crea en Mayarí el Sistema de Divulgación y Propaganda por la dirección de la Revolución, controlado por el Gobierno Municipal, por lo que se gestó una pequeña planta de radio que estaba ubicada en un cubículo del edificio del gobierno municipal, (donde radica hoy el Poder Popular). Esta plantica de onda corta que la señal llegaba hasta Juan Vicente la instaló Celestino Pérez, capitán del Ejército Rebelde, dirigente integrante del II Frente Oriental.

Junto a él en la organización de esta tarea estaba también Papi, el hijo de Justa, Argelico Reyes Fonseca (alias Tití), Jerónimo Pinto y otros colaboradores que pertenecían al Movimiento 26 de Julio en la clandestinidad. La plantica se utilizaba para la divulgación y la propaganda política, para informar noticias locales, hacer convocatorias de apoyo a los programas de la Revolución naciente, también para transmitir música con tocadiscos y grabadoras americanas, marchas revolucionarias e himnos. Eran tiempos de mucha efervescencia revolucionaria en que los radioaficionados trabajaban por iniciativa propia.

La planta funcionó pocos meses, no tenía mucho alcance y los compañeros que la atendían tuvieron que cumplir con otras tareas asignadas. Entonces la divulgación y propaganda por un tiempo se realizó desde un Jipi con altoparlantes que pertenecía a Evelio la Rosa Grau, técnico del radiolaboratorio PHILIPS, propiedad de Carlos Feliú, dueño además del hotel “El Parque” y de la dulcería “Virtudes”, que quedaba cercana al parque y de otras propiedades en Cueto.

Luis Joel Matas García (Niño Mata) desde el año 1956 estaba aprendiendo a arreglar radios con Evelio, quien al ver que su aprendiz tenía vocación y cualidades comienza a utilizarlo voluntariamente en la divulgación a la población desde el Jipi por las calles y barrios de aquel Mayarí. Anteriormente en el año 1958 el taller de radio de Evelio La Rosa estuvo cerrado unos meses ya que Niño Matas fue llevado preso al cuartel que es hoy el Seminternado Leonte Guerra Castellanos, por aparecer en un listado de colaboradores con el Movimiento 26 de Julio, pues pensaban que al cogerlo preso lo obligarían a decir a qué se dedicaban aquellos colaboradores del Movimiento que eran los técnicos del taller, Alejandro Ramírez (Pitucho) y Evelio La Rosa.

La Radiobase. La concreción de un sueño.


Para finales de los sesenta y 1970 del siglo XX se instaura en el pueblo de Mayarí una Radiobase que era el sistema más efectivo para realizar la divulgación y la propaganda para divulgar actos, actividades y convocatorias a las masas. Esto fue idea de Marcos Pérez, primer comisionado que puso la Revolución en el pueblo de Mayarí. Se coordinó a través de Jerónimo Pinto y Aldo Cordero, alias Blublú, buscar la cooperación de otros técnicos para el montaje de dicha Radiobase; había que extender la difusión a todo el casco urbano. Optaron por darle la tarea a George Torres (Ñomo) para que se encargara de la instalación técnica de toda la red de conexiones eléctricas que se requerían, así como de las bocinas que se instalarían en las calles principales y las colindantes, para llevar la señal radial desde la Radiobase a los transmisores ubicados en los barrios.

Se colocaron, cada dos postes una bocina. Eran más de setenta, de 8 x 6 pulgadas, marca PHILIPS holandesa, que era la misma marca del equipo transmisor. Las bocinas llegaban desde la actual Casa de la Cultura hasta la bajada de Chavaleta, por toda la calle Valenzuela, desde la bodega del Naranjal hasta la tienda comercial “La maravilla” y desde el parque hasta la Loma Rebelde; cubría la calle Leyte Vidal, Carlos Manuel de Céspedes hasta El Cocal, las calles José Miguel Gómez, Emilio Núñez, Mastrapa, Avenida Maceo, Delfín Aguilera, Avenida Lecusay, Emilio Núñez y Prolongación de Céspedes.

Fue la Radiobase quien lanzó al aire la primera señal de radio local a los barrios mayariceros. Las bocinas en los postes, a los que también se pegaban carteles de propaganda gráfica, eran lo novedoso, eran la alegría de los barrios. Ante la nueva realidad social, una Radiobase que informara las actividades locales se promueven nuevos sucesos, nuevas necesidades de información. Ahora la noticia local le llegaba desde muy cerca. Fue una verdadera explosión social, cultural y comunicativa. Se produjo un fenómeno a escala masiva y de naturaleza singular, los espacios urbanos eran protagonistas de una manifestación de propaganda, que denotaba aceptación, alegría del pueblo.

Era un vehículo fundamental para la nueva sociedad que se gestaba. Se propiciaban debates públicos en las esquinas, en los parques, etc. En la medida que la señal radiofónica llegaba a los barrios y por tanto a mayor cantidad de hogares, se demostraba la fidelidad de los oyentes hacia los programas musicales, noticiarios, literarios e infantiles.

El impacto de este fenómeno se convirtió en la principal fuente de tertulias nocturnas. Pero algunas personas no simpatizaban con eso en todo momento, sobre todo los que tenían las bocinas pegadas a sus casas transmitiendo desde las seis de la mañana, haciendo llamados a levantarse para las movilizaciones con marchas, llamamientos, consignas, anuncios, agitaciones y fragmentos de discursos, por lo que muchas veces rompían las bocinas y tenían que ser llevadas al taller para que Ñomo las arreglara y los colaboradores con sus escaleras de madera las colocaran nuevamente en el lugar que les correspondía.

Donde primero se instaló la Planta radial como Radiobase fue en el edificio del gobierno, los dos primeros meses trabajó sin operador fijo. En ese tiempo transmitía solo cuando era necesario. Luego la Radiobase pasa al edificio de Cultura Regional que se encontraba en el local que actualmente ocupa el Dancing Laig, posterior al año 1963 se realiza una permuta para el edificio que pertenecía al INDER hoy Casa de Cultura.

 Al instalar la planta piden a Niño Mata, desmovilizado del Ejército, acabado de llegar del Movimiento de lucha contra bandidos en la limpia del Escambray que sirva como operador. Por su colaboración voluntaria en la divulgación desde el Jipi con altoparlantes en años anteriores es contratado con plaza fija como operador de audio, y con los conocimientos empíricos que poseía y la experiencia adquirida desde niño al lado de Celestino Pérez comienza a hacer locución como si se tratara de una emisora radial, al tiempo que se ocupaba también del mantenimiento técnico de los equipos.

El contenido de trabajo era divulgar desde horas tempranas la programación del día, que comenzaba con himnos y marchas de contenido revolucionario y patriótico. Eran llamados a sumarse a los programas de la revolución naciente, a las movilizaciones, a las guardias. Se hacían programas informativos con noticias nacionales y locales, alternando con música mayormente campesina, Celina González, Reutilio, Los compadres y música de La trova. Es en este momento cuando se fragua la Emisora Radial para extender la divulgación a las áreas rurales y hacer realidad el sueño de los radioaficionados y de los pobladores que conocían de otros pueblos que ya contaban con emisoras radiales.

Esta nueva Planta Radial desde sus inicios estuvo frente al parque Arcadio Leyte Vidal, al lado de lo que es hoy La casa del batido, anterior al 1959 el correo de Mayarí. Cuando se da por terminado el montaje de la planta radial, que era de construcción criolla, antes de estar aprobada por el Ministerio de Comunicaciones y por el ICR, se desmonta el sistema de la radiobase y los recursos de la misma pasan al sistema de propagandas del Partido Comunista de Cuba (PCC). Entonces la nueva planta comienza trabajando con los tocadiscos grabadoras y micrófonos de la radiobase.

Al inaugurar la ya Emisora Local, como técnico cabecilla principal y fundador de la primera radiobase asignan a Jerónimo Pinto al frente de la misma, provisionalmente, manteniendo su taller de reparaciones de radio, y algunos colaboradores voluntarios. Ninguno recibía salario hasta que se obtuvo la aprobación del Ministerio de Comunicaciones y del ICR; entonces valoraron y evaluaron las capacidades de los colaboradores que luego fueron emplantillados como obreros fijos. Niño Mata se mantuvo en su plaza de operador de audio de cultura hasta su jubilación.

En esos años se contaba con la colaboración de Orlando Almansa, holguinero, locutor profesional y bachiller, que antes del 1959 dirigía la emisora radial Radio Banes y tenía negocios particulares de medios de propaganda, alquilaba bocinas, micrófonos, bafles y otros recursos, y en festejos populares y actos de coronación de los reinados era el locutor principal engalanando con sus dotes de locutor y animador.

Años más tarde la Emisora Radio Mayarí estuvo en la salida de Mayarí, cerca de la actual base de ómnibus, a la orilla de la carretera, luego se traslada a Julio E Carballo No. 8, hoy Comité Municipal del PCC y luego pasa a la calle José Martí No.46.

El inicio de la Radiodifusión en Mayarí tuvo su proceso de gestación y nació de las entrañas de nuestro pueblo, de una inquietud y vocación de progreso que ha marcado el carácter de nuestra nación, estuvo impulsado por el empeño de los radioaficionados y el fervor revolucionario que los instaba a apoyar la necesidad del momento histórico, siempre con una intensión educativa, recreativa, informativa, cultural y siempre convocando a las masas a participar y cooperar con la Revolución.

Fueron años de mucho trabajo y esfuerzo con pocos recursos, pero la perseverancia dio frutos y, los compañeros que se incorporaron luego, con la capacitación que les proporcionó el gobierno revolucionario hicieron posible el sueño de los fundadores: que la radiodifusión no se limitara al alcance de las bocinas en las calles del casco urbano, sino que llegara hasta el rincón más apartado.


1 comentarios:

Unknown dijo...

Muy interesante conocer como se fundó la radio en nuestro pueblo. Felicidades por el artículo

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