Mayarí sueña con más energía


El municipio de Mayarí es una verdadera potencia de generación eléctrica en Cuba. La capacidad instalada aquí ronda el 25 por ciento de la energía consumida en la nación y ello incentiva nuevas formas para apoyar el cambio de la matriz de generación, buscando aprovechar mejor las potencialidades naturales y evitar contaminar el medio ambiente.

Hace unos días vecinos de áreas intrincadas de lo que fuera el macizo cañero, recibieron nuevos módulos para el uso de la energía eléctrica a partir de paneles solares. Emplazados en hogares donde es más que complejo y costoso llegar con el tendido de cables y postes, los recursos posibilitan usar varios equipos electrodomésticos.

Desde el mes de octubre del 2017, Mayarí produce cerca de 2.9 MW en la pequeña central hidroeléctrica ubicada en la margen derecha del mayor embalse holguinero, mientras se avanza en la construcción de una similar en la margen izquierda de la propia presa.

Según trascendidos ahora se proyecta la construcción de tres parques fotovoltaicos, elevando la capacidad de generar energía limpia y ratificando la condición de potencia eléctrica para el mayor territorio de la provincia de Holguín.

Aquí no ofrecen buenos resultados los vientos y por ello los experimentos para aprovechar ese recurso hicieron abortar la operación,  que pretendía crear receptores eólicos en Pinares y zonas de Cosme y Herrera. 

Desde el inicio de la revolución energética en Cuba, en 2004, Mayarí asumió la construcción de dos sistemas para la llamada generación distribuida, edificando baterías de motores diésel en Nipe y Santa Rita.

A lo anterior se unió un emplazamiento añadido de equipos fiul en las inmediaciones de la termoeléctrica ubicada en Felton, entidad que ya encamina sus pasos hacia la reparación del bloque número uno, hecho que posibilitará alcanzar, en un futuro próximo, su capacidad nominal de generación, ascendente a 500 MW (+los 60 del grupo FIUL).

Lo más sobresaliente de Mayarí en la producción de electricidad para el país es que su mayor planta consume crudo nacional y eso ofrece cierta solvencia al sistema y a la estrecha economía.

Mientras ya varios mayariceros disfrutan de los nuevos y modernos paneles solares en las áreas más lejanas, otros siguen en nuevos empeños y proyectan rescatar sueños como aquella empresa protagonizada por Liborio Osorio en la cascada del Salto del Guayabo, siempre a tono con el entorno y para mayor energía al natural. 



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