NUESTROS DELEGADO EN LA ASAMBLEA MUNICIPAL DEL PODER POPULAR

Ciento cincuenta y uno son los delegados que componen la asamblea municipal del poder popular en Mayarí. Mezcla de pueblo donde está el obrero, campesino, maestro…un abanico genuino de la sociedad cubana contemporánea.

La mujer o el hombre elegido para representarnos componen la esencia misma de los mejores atributos del barrio donde habitamos. Allí donde no son escasos los problemas, aunque sobresalen las virtudes.

Están hoy en la asamblea municipal del poder popular mayaricera 104 hombres y 47 mujeres. El promedio de edad es de 48 años y el 41, 72 por ciento tiene nivel superior. Más de la mitad labora en la producción y los servicios, dos usufructuarios y el 20 coma cinco por ciento es miembro de la asociación de combatientes de la Revolución Cubana. También hay jubilados y amas de casa, así como campesinos.

Comienza un complejo proceso de aprendizaje y gestión para continuar mejorando la vida en la comunidad. Estas personas No tienen en sus manos soluciones mágicas a las dificultades y responden a una política gubernamental que prioriza la salud y la educación universal en el país. Deben además fiscalizar y controlar los recursos emplazados en su circunscripción.

El apoyo comunitario es medular para paliar problemáticas, aunque sabemos que una gestión eficiente y consiente del delegado permite viabilizar los intereses colectivos o de alguna familia urgida de su asistencia mediadora.

El décimo sexto periodo de mandato llega en medio de los pasos del programa integral de desarrollo y la actualización del modelo económico cubano, ello demanda también conocimiento y creatividad.

La unidad alcanzada en la asamblea municipal del poder popular en Mayarí, es fruto de una mayor conciencia colectiva que permite visualizar el camino, pero además puedo afirmarle, que es uno de los resultados de los nuevos encuentros entre presidentes de consejos populares en las comunidades, experiencia que le permite conocer de cerca al territorio, y sobre todo sus dimensiones humanas.

Entre los mayariceros la elección de la nueva dirección de la asamblea suscita ciertas expectativas y ello tiene un componente lógico, pero lo cierto es que del trabajo en la base, allí donde están los colectivos obreros, depende poder salir de atolladeros como la producción de alimentos o la calidad en los servicios básicos.

El hombre o mujer humilde que representan nuestros delegados a la asamblea municipal del poder popular, ese o esa que llega del trabajo y tiene que atender los asuntos comunitarios dejando sus intereses personales a un lado, el que convoca y tramita, el que gestiona y organiza; tiene su fuerza mayor en sus electores.

Los que los eligieron deben respaldar sus funciones con mayor apoyo y disciplina, con unidad y participación ciudadana consiente, solo así  recibirá el premio por su labor, en una tarea cargada de sacrificios y voluntades.




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