miércoles, abril 06, 2016
emimundo Cuba
A las puertas de la quinta edición de la jornada literaria José Juan Arrom, me provoca la necesidad de expresar ideas acerca de la transcendencia que van tomando los más importantes eventos culturales del territorio y su connotación local, provincial y hasta nacional.
Con el José Juan Arrom, que ahora se afianza, Mayarí consolida su imagen de plaza cultural de importancia en la provincia de Holguín.
Este merecido reconocimiento está abalado en la permanencia de una agrupación de renombre como tainos de Mayarí, que este año cumple su sesenta aniversario, así como en la valía demostrada por el escritor Emerio Medina, un hombre que trasciende las fronteras.
Mayarí es la cuna de dos grandes figuras de la pianista cubana y universal, los maestros Frank Fernández y Uveral Herrera. Aquí crea uno de los mayores primitivistas de la nación, Julio Bref Guilarte, al tiempo que convive un estilista de la plumilla, los girasoles y el cuerpo humano llevado al lienzo, Roberto Barzaga Frometa.
Los encuentros de agrupaciones soneras representan cita obligatoria para lo más auténtico de la música cubana actual, al tiempo que la jornada de la cultura afianza valores autóctonos y estimula a la creación popular.
Los más recientes premios obtenidos por el sistema de casas de cultura y la pujanza para consolidar el festival de la década prodigiosa, son puntales que evidencia la dinámica de un trabajo que se extiende y que no debe dejar a un lado proyectos con historias como el festival Felipe Cusa, convocado cada año en el consejo popular de Guatemala.
Unas miradas al trabajo cultural mayaricero nos permite apreciar el amplio abanico de posibilidades expresivas conque contamos.
En la nómina local destacan los aciertos del Grupo danzario rescat, la Coral municipal, la banda de conciertos y los septetos musicales, urgidos también de mayor promoción y reconocimiento.
Lo cierto es que Mayarí es uno de los territorios holguineros donde mayor número de eventos culturales de renombre son realizados durante el año y ello debe constituir No solo espacio para el recreo espiritual sino también un ejercicio de pensamiento profundo.
No olvidamos en este recuento fluido, la transcendencia de los cinco monumentos nacionales, lugares que esperan por convertirse en centros para el turismo temático y la valoración acertada de las comunidades.
Durante los últimos meses, la política cultural municipal posibilita constatar aciertos en escenarios muy concretos, como el uso adecuado de la difusión musical, el trabajo con los promotores culturales y el apoyo de los instructores de arte.
Destaca además la revitalización de varias instituciones del patrimonio inmueble, aunque debe mirarse con más celos el impacto en algunas obras. Cito como ejemplo lo realizado en el Cine Mayarí, donde un tabloncillo de madera preciosa cae en el letargo y espera por más y mejores actuaciones.
Lo dicho aquí son solo miradas a un sector muy dinámico, donde hay movimiento constante e influencias de todo tipo, como debe ser cuando se habla de un verdadero mosaico cultural.
Su importancia es trascendente y por ello está entre los diez grandes presupuestados. El estado le destina en Mayarí algo más de cuatro millones pesos al año.
Pensar la cultura desde la diversidad, mostrar satisfacción por lo realizado, comprometerse más con la competencia artística y explorar maneras de hacer novedosas en correspondencia con los nuevos tiempos, es también aportarle más al Mayarí que queremos.
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