¿De donde sale el petróleo para camiones particulares en Mayarí?


Para pesar de los mayariceros, en estas tierras aún nadie descubre un yacimiento petrolero, de esos que pueden convertirse en centro de atención de la nación o del mundo y que dejan grandes dividendos, aunque su carga de azufre sea superior y solo permita el uso en las industrias locales (luego de ser adaptadas a ella como las generadoras de energía eléctrica).

No obstante, hay preocupación entre los que siguen de cerca el consumo de este combustible, sobre todo entre los que deben frenar el robo en las empresas estatales.

Hace solo unos días fue analizado el tema del trabajo por cuenta propia en el municipio y sobresalió un hecho que ya parece repetido, porque lo escuché hace más de tres años.


Se trata del uso del combustible entre los transportistas No estatales. Personas que operan con licencias para trasladar pasajeros de un lugar a otro o llevar cargas de naturaleza diversa.

Por un sondeo realizado a los puntos de venta, dígase Servi-cupet,  se supo que en una jornada solo fueron expendidos dos litros de combustible a particulares (ellos usan cientos de litros diarios).

El municipio cuenta con más de 40 vehículos que se dedican a la transportación con licencias de operaciones, 28 de ellos son camiones de gran porte (de esos que viajan hasta dos veces entre Holguín y Mayarí, trasladando alrededor de 300 pasajeros y cobrando una norma de 20 pesos por persona en un recorrido de 84 km).

De donde sale el combustible de esos camiones? …la lógica indica que escapa del control que supuestamente debe existir en las empresas estatales, principalmente de aquellas que tienen grandes asignaciones.

Por esa vía se va el combustible y otros lubricantes, siendo insuficiente las medidas de control establecidas para evitar el desvío y muy creativas las mañas de los que hurtan el demandado producto.

Algo también queda claro. No importa que el combustible adquirido de forma ilegal cueste menos a los camioneros, de igual forma el precio será alto para los pasajeros; así es que el daño es doble: a la economía del país y al bolsillo del viajero.

Ante las nuevas acciones para el uso racional de los portadores energéticos, el asunto cobra mayor vitalidad y velar por erradicar el robo de combustible es prioridad, ya que ello influye en sostener producciones y servicios necesarios para la población, máxime ahora que la cuerda económica está tensada.

Algunos abogan por mejorar las ofertas en los puntos de ventas, hablan de bajar algunos precios. Lo que si está claro es que los viejos carros americanos ruedan gracias al combustible estatal, muy limitado por cierto en casi todas las empresas. Por ahí debe estar también el tema de algunos  incumplimientos productivos y la solvencia económica de algunos pillos.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hablando de combustible, y no me lo crean, pero alguna vez escuché que unos investigadores norteamericanos ─hace muchísimo tiempo─, pasaron por el Naranjal e hicieron pruebas buscando petróleo. No me lo crean, si quieren, pero alguna vez fui por esa zona y recuerdo a los vecinos quejándose del olor a gas que salía de la tierra. Créalo o no, puede que haya un yacimiento bajo la tienda de Gaspar Sayazo o en las tierras de los Bastos y Jaime. Si quieren, no me lo crean.

Anónimo dijo...

Lo mejor que nos podría pasar sería eso, un pozo de petroleo en tierra santa de mayarí...

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