Abrazo a instructores en la Casa de todos.


El sol despejó algunas nubes en un día con lloviznas ligeras, para iluminar los jóvenes rostros de Instructores de arte mayariceros, convencidos de su hacer hermoso y edificante en una sociedad rebozada de buenas intenciones.

Volvieron a encontrarse en un espacio común, reconocido como centro de acción del arte en el movimiento de aficionados. La casa de la cultura.

El centro abrió sus puertas y aún corría la mañana húmeda del 18 de febrero.

El ajetreo se hizo mayor luego de conocer la historia de Olga Alonso, una inagotable instructora de Teatro que perdió la vida durante un accidente y en medio de labores afines a su causa: encaminar el talento entre los más jóvenes.

Es precisamente en honor a Olga Alonso González, que se instituye esta fecha de homenajes.

Los directivos de la Casa de la cultura, encabezados por Felipe Díaz, y el sectorial de educación, presente allí en la figura de Niurka Sánchez, organizaron un festejo a los instructores de arte mayariceros para encumbrarlo con amores nuevos.


Historias del trabajo en las aulas, anécdotas del vínculo con los barrios, sonrisas al citar los nervios crecidos en una presentación en la plaza y mucho entusiasmo, constituyeron centro de este convite familia durante la mañana de ayer.

Un baile central a manera de rueda de casino, sumergió la casa de la cultura en un bullicio alegre, mezclado con los martilleos de quienes construyen el nuevo teatro de esa institución.

 Así transcurrió este festejo de instructores de arte en su día. Contagioso abrazo que renueva fuerzas para el andar por los mágicos caminos de la cultura y sus anclas de identidad.


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