Guayabo: nacimiento cubano

Guayabo es un consejo popular en el municipio de Mayarí, que abriga a más de tres mil habitantes y tiene entre sus barrios más nombrados, además del homónimo, a Seboruco, Arroyo En Medio, Güairajal y Piedra Gorda.

Cuentan que fue uno de los primeros asentamientos poblacionales en el territorio, luego del Cocal, y que allí la siembra de tabaco ocupó espacios casi por todos lados.

Hace solo unas horas visité este sitio mayaricero y sobre el peso que deja el transcurrir del tiempo en algunas viviendas, sobresalía esa picara mirada de la gente buena, de festejo, gozo, homenajes y seriedad.

Lo primero del viaje fue plantar reverencias a Rubén Vázquez Faubel, joven asesinado por los tiranos de Fulgencio Batista bajo el supuesto de ayudar a los rebeldes barbudos que luchaban en las lomas.


El caminar por los senderos de Guayabo, permite respirar el aroma dejado por el tabaco y el ajo, dos productos que siguen marcando pautas entre los vecinos del lugar.

En la bodega la Tabacalera me agradó la limpieza y un alto número de opciones, que en medio de algunas escaseces son como rarezas en sitios similares del municipio.

Más adelante disfrute del grupo musical Son de Barrio, un piquete formado por aficionados al arte venido de todos los rincones de Guayabo. Gente que decide tocar y hacer bailar no obstante la falta de instrumentos o audio profesional.

En la zona supe de trabajos y esmeros, del amigo que monta en volantas a todas horas y del cochero que pasea a los niños, pero también del bicitaxista que se las ingenia para llevar la música a todos lados, como reminiscencia de aquella viaja Guagua sonora ya desaparecida en Mayarí.

El río de Guayabo sigue su curso y ya no es tan prospero en sus aguas, aunque insiste en correr hacia la grandeza del mar. Este caudal circunda las fértiles tierras de una zona privilegiada en el oriente de la nació.

Allí habitan nuevos cosechero como el joven de solo 26 años Yunior Rodríguez Rodríguez, un pepillo criollo que lleva ya tres grandes cosechas de tabaco y ve como se multiplican las riquezas, con ganancias netas que superan los 140 mil pesos por cosecha.

Visitar este lugar, con una mirada más allá de lo cotidiano, observar el rico paisaje y lo hermoso se su gente, permite respirar tranquilo y en paz porque parajes así tienen el encanto del cubano más profundo.