lunes, septiembre 12, 2016
emimundo Cuba
Tuve la dicha de estar a su amparo cuando estudiaba el doce grado. Fue gracias a él que seguí empujando para aprender más y ser mejor humano.
José Enrique García Delgado, estuvo en esta tierra durante 59 años y fue siempre un apasionado de la historia y en especial de José Martí.
Debo apuntar que en cada espacio local donde se hablara del Apóstol de la independencia cubana estaba este mayaricero fiel y amigo. Enngendró una familia y los vecinos del Parque Carlos Manuel de Céspedes (Barceló) escuchaban atentos su voz calmada.
Dejó de existir el ocho de septiembre de 2016. Aún cantaban los gallos. Fue entre esos rocíos dejados por la madrugada, cuando el corazón le falló y le hizo abandonar sus espacios tertulianos.
José Enrique era de los que no se casaban. El día de su muerte estaba preparando un viaje de trabajo a la capital provincial de Holguín, para enfrentar en mejores condiciones el nuevo curso escolar de la Sede Universitaria mayaricera.
En los últimos años se entregó por completo a un proyecto comunitario que tuvo como centro al reparto Primero de Enero en Mayarí, donde llevaba lo mejor del talento artístico municipal y su verbo ardiente de cubano fiel.
Pero José era (reitero) sobre todas las cosas, un amante fiel de José Martí. Ello le valió estar entre los que dirigían aquí la Sociedad cultural que lleva el nombre del Héroe Nacional cubano. Hace algunos meses estuvo con los periodistas de Radio Mayarí para hablarnos de Patria y la impronta legada por su autor.
Hoy se siente el dolor de la partida inesperada. Allí en la despedida, estuvieron sus amigos más fieles, los colegas de aulas y alumnos como yo, que guardan con celo inmenso las gracias por haber conocido a uno de los más incansables defensores de la historia cubana en este oriental espacio del oriente.
Les dejo un fragmento de su defensa a Mayarí, esa que llevaba a todos lados.
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