Historia: Cañoneras en el Mayarí.


Uno de los acontecimientos menos recordado por la historia de la provincia Holguín fue lo acaecido con el cañonero español Baracoa. Esta era considerada en la marina española como una embarcación de tercera clase.

Fue botada en 1895. Contaba con casco de acero y tenía 20 metros de eslora, es decir de largo y unos 3.75 metros de manga. Lo que en términos marinos es el ancho. Desplazaba 40 toneladas y poseía un motor de 200 caballos de fuerza.

En junio de 1898 se encontraba esta nave en las cercanías del río Mayarí, que vierte sus aguas en la bahía de Nipe, cuando fue avistado por dos cañoneros estadounidenses. Recordemos que en estos momentos se desarrollaba la guerra Hispano-cubano-americana. Apenas avistaron a la embarcación española se lanzaron a su caza. Las diferencias eran abismales. Los cañoneros yanquis poseían superioridad por el número y su artillería.

La nave hispana estaba construida más para la vigilancia que el combate. Los marineros españoles comprendieron que era imposible aceptar combate. Se refugiaron en el río Mayarí pero hasta allí lo siguieron los cañoneros enemigos. No había salvación posible para la nave hispana o se rendía o sería destruida. En estas circunstancias escogerían por salvar sus vidas y quedar libre. Hundieron el barco y alcanzaron la orilla.

La historia de la lancha Baracoa había concluido. Por lo menos esos creyeron tanto los marinos españoles como los estadounidenses. Quedaría a la acción del tiempo y la corrosión. Pero otra sería la suerte de esta embarcación.

Leonardo Wood gobernador yanqui de Oriente durante la ocupación de 1899 a mayo de 1902 dio órdenes de ponerlo a flote y repararlo. Lo utilizarían como transporte en los viajes de inspección que debía de realizar en la provincia bajo su mando. Al instaurarse la republica mediatizada en 1902 el “Baracoa” pasó al servicio de esta. Fue bautizado como “Carlos Manuel de Céspedes” y realizó diversas misiones.

En el mes de octubre de 1910 naufragó producto de los embates de un ciclon en un lugar conocido como Arroyo de Mantua en Pinar del Río. La embarcación se perdió para siempre y arrastró a los fondos marinos a varios de sus tripulantes.

Curiosa historia de esta embarcación que fue una de las primeras con que contó la Republica de Cuba. Otras dos lanchas patrulleras españolas tuvieron una historia similar El “Guardián” un pequeño cañonero español fue obligado por barcos de guerra de los Estados Unidos a embarrancar en las costas de Manzanillo.

Rescatado posteriormente fue utilizado como guardacostas con el nombre de “Ignacio Agramonte” El cañonero español “Intrépido” también pasó al servicio de la republica con el nombre de Antonio Maceo.


3 comentarios:

Unknown dijo...

El Mayari fue navegable por barco de cierto calado hasta mediados del siglo xx, seria bueno investigar si alguna vez se convirtio en refugio para corsarios y piratas.

Anónimo dijo...

Ernesto Castillo y otros los interesados. El río Mayarí era navegable once millas, o sea, desde el muelle (confluencia con el Pontezuelo) hasta la desembocadura. Goletas y balandros entraban y hacían traslado de mercaderías. Las personas tomaban estas embarcaciones en el muelle y en Cayo Cajimaya tomaban un barco mayor. Los barcos dañados eran reparados en el Pontezuelo, más tranquilo y profundo. No obstante a esta calidad de aguas fluviales, no existen noticias de que los piratas se aventuraran hasta el pueblo y no creo que lo hicieran por varias razones conocidas o lógicas, a saber:
1- Que tendrían que esperar el cambio de la marea.
2- Que la bahía, desprotegida, les daba mejor refugio y facilidad para el comercio ilícito en la costa.
3- Suponiendo que penetraran, serían con facilidad amenazados desde las orillas teniendo en cuenta el ancho del río.
4- Al fincarse Mayarí como población la época de corsarios y piratas (los que conocemos como asaltadores) había pasado o apenas existían. Quizá se mantuviera comercio ilegal con filibusteros y bucaneros del Caribe, los cuales no penetraban por el río y sí realizaban comercio (tabaco, azúcar y ron) con los costeños.

Anónimo dijo...

El lanchón Baracoa, amarrado al costado del crucero Jorge Juan, fue utilizado para transportar los marineros de este viejo crucero de guerra, que usado como pontón y almacén de minas resguardaba la costa. Cuando avistaron a las naves norteamericana que entraban a la bahía, el capitán ordenó abrirle un boquete y hundirlo ya que no pudieron enfrentar a los cuatro barcos de la armada norteamericana (Annápolis, Topeka, Wasp y Leyden). El Baracoa los llevó río arriba hasta Vuelta Larga, desde cuyo lugar siguieron a pie hasta Mayarí, y allí también fue hundido el lanchón Baracoa para evitar lo tomaran sus enemigos. Reflotado por los norteamericanos fue reparado en el Pontezuelo y luego sucedió lo que está escrito.

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